domingo, 17 de noviembre de 2013

La burbuja

Prólogo

Nuestra existencia está repleta de miedos. Cada acción tiene como causa directa un temor hacia algo o alguien. El miedo nos priva de libertad y además es omnipresente: reside en el enamorado, en el alcohólico, en el asesino, en el niño, el enfermo o el filósofo. Ni Dios en una comunidad del Opus tiene tantas moradas donde habitar. La humanidad es su festín privado. El ejemplo más poderoso es el miedo a la muerte que casi todos padecemos y que, paradójicamente, no nos deja vivir y nos convierte en unos cobardes. 


La burbuja

Nuestras vidas transcurren en el interior de una burbuja de jabón, no somos capaces de atravesarla por miedo a quedar desprotegidos para siempre. Y así vivimos sin abandonar ese inútil refugio, que en realidad, no es eficaz, ni sólido, pero que al menos nos mantiene instalados en esa fugaz ilusión de seguridad y recogimiento. En el preciso momento en el que ese miedo a la muerte hace acto de presencia en nuestra consciencia, dejamos de ser puros y construimos nuestra burbuja, esa que nos aísla del mundo pero que para nada nos protege de sus inclemencias.

Camino deambulando por la ciudad rodeado de personas que flotan en sus pompas de jabón. Yo poseo una propia, mayor y más sólida que las demás, gracias a mi carácter férreo y obsesivo. De este modo, cuando pasamos suficientemente cerca, ellas chocan, se deforman y rebotamos en su interior rodando sobre el asfalto. Eso sí, en ningún momento nos tocamos físicamente entre nosotros; el llamado calor humano procedente del contacto físico es un mito, un cuento que nos llega en forma de misterio antiguo presente en las historias de otras épocas. 

En algún lugar alguien juega a las cartas. Ese choque de burbujas provoca una nimia descarga eléctrica molecular que nos hace tomar consciencia de la existencia de seres extraburbujales que pululan por el Universo.

Invariablemente, estas circunstancias provocan una conversión de lo humano a lo inerte en un corto lapso de tiempo. En primer lugar se atrofia el sentido del tacto, y a continuación se pierde la capacidad para empatizar con tus semejantes e incluso, acabamos perdiendo el sentido de pertenencia a una raza animal común... Nos diluimos en el tiempo y el espacio, nos convertimos en meras anécdotas espacio-temporales en un Universo infinito, ya totalmente ajenos a nuestro potencial original. Hipnotizados por la maleabilidad y el brillo de la burbuja que nos contiene, vagamos por carreteras, caminos y senderos sin ver más allá y sin sentir siquiera la necesidad de traspasarla para ver que hay más allá. 

Hoy al despertar resbalé y caí aparatosamente desde la cama, como Gregor Samsa en la desdichada mañana que cambió su vida para siempre. La mala fortuna quiso que mi burbija se rompiera en mil pedazos y mi cabeza golpeara con fuerza el frío suelo de piedra. Un hilo de un líquido denso y oscuro se desliza ahora por mi sien, hasta mojarme los labios. Su sabor es agridulce, pero está lleno de energía y te invita a abrir los ojos para mirar directamente al sol. 

Aquí acaba mi burbuja de jabón, acabo yo y así termina el mundo puesto que la vida se escapa a borbotones mientras ya fuera, conozco la verdad absoluta de nuestro encarcelamiento: Miedo. El Universo esboza una media sonrisa, mientras relata mi existencia-anécdota a sus colegas de timba de póker.
-Lo veo y subo 10 burbujas más - sentencia.

viernes, 7 de septiembre de 2012

La montaña y el inconformista

El inconformista, insatisfecho pero paciente. La montaña, indiferente, orgullosa, consciente de su superioridad. Quizá en esa consciencia residía su punto débil. Él lo intuía, aunque jamás lo supo con certeza. Así fue como todo empezó. Con un atisbo fugaz de lo que podía ser o no una certeza. Para demostrarlo, un solo camino. La única opción para el inconformista, llegar al final de todo. acariciar el fondo con las yemas de los dedos o... la nada. Siempre en el borde del precipicio, preguntándose el porqué de todo, nunca siguiendo el mismo camino que el resto de sus hermanos. Sopla y silba el viento, copos de nieve se deslizan entre las copas de los árboles, la oscuridad se extiende por cada uno de los senderos que recorren la montaña, desde el valle hasta la cima. 


Ella sonríe. Él se abriga y concentra sus esfuerzos en lo único importante: primero un pie y luego el otro. La secuencia sagrada para cualquier osado que pretenda vencerla. La ausencia de pensamiento y consciencia es su mayor virtud... Cae la noche. Lloran las estrellas porque saben que, por fin, todo ha comenzado. 




domingo, 30 de enero de 2011

Domingo



Inspira... Expira... Adelanta un pie y luego el otro. Perdido igualmente, pero de forma ordenada al menos.
La lluvia debería estar prohibida en domingo. De por sí ya es un día bastante deprimente. Si además le sumas lluvia, frío y nostalgia, se convierte en un cóctel indigesto. Lo curioso es que no son recuerdos o imágenes fijas del pasado las que me asaltan, quizás porque tengo una memoria pésima. Es aún peor, porque días melancólicos como este traen a mi memoria algo mucho más turbador: sensaciones hiperrealistas de otros tiempos. Para eso sí que soy bueno. Soy capaz de rememorar con pelos y señales cómo me sentía con 13 años cuando escuchaba November Rain sentado en mi habitación mientras escribía una absurda historia de fantasía, seguramente una burda copia de El señor de los anillos o de La historia interminable, cambiando un par de nombres de personajes y lugares. Pero qué más da, era sólo una excusa para internarme de nuevo en esos mundos en los que tanto disfrutaba. La imaginación es el lugar donde más cómodo me he sentido siempre. Cuando nos hacían aquellos extraños test psico-técnicos en el colegio, en los que repetían una y otra vez las mismas preguntas, siempre sacaban la misma conclusión sobre mí: "Bueno, se le dan bien las letras, no tanto los números, pero sobre todo, se distrae con facilidad por culpa de su "incontrolada" capacidad de invención e imaginación". Nunca me senté a analizar como ha podido influir esto en el transcurso de mi vida, pero creo que nunca resultó un serio problema, más bien, hizo más amenas algunas de las insidiosas clases en el colegio y el instituto. 

Y todo esto venía... ah sí. Porque un domingo de estas características siempre me da por revivir algunos de esos momentos de adolescencia que al final terminamos idealizando. Me pregunto si realmente eran tan mágicos como recuerdo o ha sido el paso del tiempo lo que los ha moldeado hasta este punto. El caso es que entre tanta basura, crisis, contaminación y ruido de la gran ciudad, a veces es recomendable volver la mirada atrás para ver quienes somos. Está muy bien eso del vivir y disfrutar cada instante como si fuera el último, pero si te olvidas de lo que has sido, acabarás perdido como un barco a la deriva en medio del océano. Por eso, a pesar de que no es recomendable autoflagelarse muy a menudo, de vez en cuando es bueno hacerlo, sentarse en un rincón tranquilo y pensar de dónde vienes y a dónde vas. Creo que no tengo mucho más que decir... y eso que en realidad, no he dicho nada coherente aún, pero es una de las consecuencias de la excesiva imaginación. Divagas, zigzagueas, pero al final nunca acabas donde pretendías. Una aventura continua.

jueves, 13 de enero de 2011

La loca de la casa

A más de uno, un texto como este nos hace sentirnos más vivos que nunca (a los locos, principalmente).


“Terminé perdiendo el miedo al miedo y aceptando que la vida posee un porcentaje de negrura con el que hay que aprender a convivir. Hoy he llegado a considerar aquellas crisis como un verdadero privilegio, porque fueron una especie de excursión extramuros, un pequeño viaje de turismo por el lado salvaje de la conciencia. Mis angustias me permitieron atisbar la oscuridad; y sólo si has estado ahí... puedes entender lo que supone estar al otro lado. En ese lugar aterrador al que no llegan los otros, exiliado de la realidad común, encerrado en el silencio y en ti mismo. Mis angustias, al fin, me hicieron más sabio. 

Los llamados locos son aquellos individuos que residen de modo permanente en el lado sombrío: no consiguen insertarse en la realidad y carecen de palabras para expresarse, o bien, sus palabras interiores no coinciden con el discurso colectivo, como si hablaran un lenguiaje alienígena que ni siquiera puede traducirse. La esencia de la locura es la soledad. Una soledad psíquica absoluta que produce un sufrimiento insoportable. Una soledad tan superlativa que no cabe dentro de la palabra soledad y que no puede ser imaginada si no se ha conocido. Es como estar en el interior de una tumba enterrado vivo.”

Rosa Montero

lunes, 6 de diciembre de 2010

Arropado en invierno


Como cuando me quedaba a dormir en casa de mi abuela Josefa. El ritual de antes de dormir es algo que seguramente recordaré durante todo mi vida La Josefica esperaba a que su nieto se metiese en la cama,, después de dar mil vueltas, arremetía las mantas bajo el colchón, hacía el dobladillo de las sábanas para que me cubriese hasta los ojos, me apartaba el pelo de la cara, me besaba la frente y apagaba la lámpara de la mesita de noche. Solo entonces, en el umbral de la puerta se giraba y susurraba con su voz más dulce: Hasta mañana, si Dios quiere... Ya estaba en paz conmigo mismo y podía dormir profundamente hasta que con la luz del sol, el olor a churros con chocolate se colaba por la rendija de la puerta y hacía a mi estómago gruñir hambriento. 


Estando tan lejos de la Calle Malasaña, es difícil sentir algo parecido... sin embargo, cumplir 27 años en una gran ciudad en la que sólo llevo dos meses y sentirme casi igual de arropado que aquella noches de invierno en La Alberca y rodeado de gente buena, ha sido una experiencia que tardaré en olvidar. 

Fiko.
Rambla del Raval, Barcelona.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Venid a las cloacas con La Trapera

El NO tenía la batalla ganada. Pero en el último momento, me dio el punto y dije, venga q son 5 euros, y encima el productor es colega (Juan Blanco a.k.a. Juju), vamos a apoyar la causa, aunque en mi fuero interno una vocecilla gritaba: Tiiiiio, un documental de 90 minutos de un grupo de punk de Cornellá??!!! No seas pringao! Cuán equivocado estaba. Cogí mis 5 euros (prestados por el capo) y me dirigí a la taquilla. Entradas agotadas. Es el destino pensé. Craso error de nuevo. El segurata nos increpa: "Es para la Trapera? Aquí hay un chaval que revende dos entradas". Pues nada, allá que entramos y buscamos una butaca libre (una de las primeras filas y bastante esquinados). Bueno... qué le vamos a hacer. Peor que la peli de la filmo Hermafrodita, incluida en el ciclo de cine gay-lésbico de Barcelona a la que fui la semana pasada , no creo que sea... (Elipsis de hora y media - que para eso soy de audiovisual). Entonces encienden las luces y la gente aplaude. Sólo puedo decir que ese documental y esa banda (la primera de punk en España) sacaron al Fede más punkarra de los últimos tiempos que yacía adormecido en algún rincón. De verdad, que es uno de los mejores documentales musicales que he visto en mucho tiempo: Venid a las cloacas, es su título. La banda trapera del río, unos colgaos de Cornellá de los que ya sólo quedan vivos dos de su formación original, me pareció un grupo punk de esos auténticos, que tiene la esencia, como los Sex Pistols, pero en la periferia de Barna. Heroína, sexo, cocaína, broncas, porros, polémica, escupitajos, vomiteras, desmayos, muertes prematuras, egos al nivel máximo, fama, conciertos míticos... lo tenían todo. Esto unido a que los dos protas principales, Morfi (voz) y Juan Raf (batería) eran unos verdaderos cracks y te partes el culo con todo lo que sueltan por su boca, hacen que el docu pase volado y que te metas tanto en la historia que apenas te des cuenta, han n encendido las luces y estás listo para irte a casa, pero con una dosis enorme de ira, rencor y odio antisistema y unas desmesuradas ganas de destrozarlo todo. Enhorabuena a Juan por su pedazo labor de producción y a todo el equipo. que haya suerte y que ganen en In-Edit Festival, porque desde luego se lo merecen, tanto ellos como la Trapera.

Para muestra, un botón.


Pd.- Nada más salir, rellenamos nuestra papeleta para darle un 10 de nota y depositar en la urna. Se acerca un tipo bajito y con gafas y nos pide el boli: - Hola! Soy Rayban, el bajista del grupo. He salido en documental, jeje. (Y a continuación una disertación de política e historias que no entendí demasiado bien pero que me hicieron mucha gracia). Un saludo al Rayban.


domingo, 17 de octubre de 2010

Descansa en paz

Tarde nublada de domingo en la ciudad condal. El día empieza brillante, con el rostro bañado por el sol (como en Gladiator), cabalgando por verdes prados (o sea con una tirada de 20 kilómetros de running por la Diagonal) y entonces me entero de que esta voz que lleva años ocupando un lugar en todos mis cd´s de varios y en el mp3 se ha ido y nos ha dejado para siempre. Steve Lee, el cantante de Gotthard, ha muerto con 47 años. Pasando de sus grandes baladas, os dejo un tema alegre y festivo para el recuerdo.

Vaya un puente de Todos Los Santos se avecina... mudanza, barbacoa y visitas múltiples. :)

 
The big dick rising up in the night